No le pongas obstáculos a alguien proactivo.
Es muy feo. Está mal. Si tu madre supiera lo que haces, se enfadaría mucho y te dejaría sin postre, como a Punky Brewster. Debería de ser el onceavo mandamiento. «No le pondrás obstáculos insulsos a alguien proactivo».

Hay quien lo hace por simple envidia, hay quien lo hace porque es así de puñetero, hay quien lo hace sin darse cuenta, hay quien lo hace una vez y no lo vuelve a hacer, hay quien lo hace por retar al otro. Pero, ¿sabéis lo difícil que es buscar soluciones, crear, mantenerse con fuerzas, inventarse alternativas de donde no las hay, en fin, esquivar todos esos obstáculos? Y además, mantener la sonrisa. Señoras y señores, para un proactivo, alguien que no hace más que obstaculizar todas sus iniciativas, lo que realmente hace es minar su capacidad proactiva. Convierte al proactivo en un ser apático, perdido, sin luz.

Fácil, no hablando en positivo con él/lla.
Igual que existen los amarillos de Albert Espinosa para ayudarnos a encontrar nuestro camino en un momento determinado y los Vampiros Emocionales que nos roban la energía y son tóxicos de Emilio Duró, existen, no sé, las COSAS (veáse «La Cosa» de los 4 Fantásticos) que nos impiden llevar a cabo las acciones que hemos pensado para conseguir nuestras metas y las de los otros.
Pondré un ejemplo que seguro miles de las personas proactivas que van a leer esto van a entender y sentir identificación a la primera. Las Cosas de las que hablo son aquellas personas que dicen «Oye, tenemos que organizar una cena para todos los de……» y tu, toda proactiva de la vida, empiezas a buscar restaurantes, menús económicos, propones fechas, sitios para ir de copas, incluso, temática de la fiesta. Y las Cosas empiezan a rechazar todos y cada uno de los restaurantes, fechas, lugares de copas y, por supuesto y a voz en grito, hacer una fiesta temática porque queremos ir guapas. Como si vestirse de los años 50 te fuera a hacer ir más fea de lo que vas en el siglo XXI…
Otro ejemplo puede darse cuando la Cosa en cuestión te propone algo para hacer juntos/as. Y tu, como siempre, con la proactividad a flor de piel, buscas cosas para hacer y cómo hacerlas. Y la Cosa te dice que sí a todo. Pero, suddenly, a un «periodo de tiempo muy cercano a la fecha de hacer eso que habíais decidido» te empieza a poner obstáculos del tipo «Uy, igual no lo estamos haciendo bien», a la par que parece que te está ocultando cosas. Es por la actitud. Obstáculos que aparecen entre la persona proactiva y la Cosa, por la actitud de la segunda. Eso también es uno de los modus operandi de esta especie humana.

Existen miles de ejemplos que me encuentro día a día. Las Cosas están por todas partes. Y lo peor, es que son las personas a las que más quieres o con las que más tiempo pasas. A veces lo que te dicen podría no ser un obstáculo para llevar a cabo tu iniciativa, pero la forma en la que lo dicen es como «Are you Fuc***** kidding me? ¡No haber abierto la veda!«. Pueden llegar a desmotivar mucho. Seriously.

No digo que nos separemos de las Cosas que inundan nuestro día a día, pero sí que hablemos seriamente con estas personas para explicar como es nuestra esencia de personas proactivas y como, quizás sin darse cuenta, la están destruyendo, o minando, para no ser tan agresivos.
