Muchas veces decimos cosas como «¿Por qué me tiene que pasar a mí?» «¿En serio?» «Ya no puede ir a peor» «¡Que suerte la mia!»»Fíjate que casualidad» «Anda, ¿cómo tu por aquí?» «El Universo se ha puesto de acuerdo para que todo me vaya genial!!!!». Y resulta que no somos conscientes de que todo pasa por algo.
Puede que sea un punto de inflexión que cambia tu vida en el momento menos esperado. No, que va. Realmente el momento, si sabes leer las señales, te lo esperas. Lo que pasa que nuestro estilo de vida, pues no nos permite parar a ver qué nos está pasando y porqué. Las cosas que nos pasan, que negamos, asimilamos, aceptamos, aprendemos y guardamos en nuestra memoria, pasan por algo. Pasan porque nos preparan para virar el rumbo de nuestra vida ya sea con la llegada de alguien nuevo, con una situación diferente en la sociedad o con esa película que te ha puesto los pelos de punta.
Vete tu a saber.
La cuestión es que nada ocurre por azar, tanto en la sociedad como en tu casa, en tu día a día, en tu entorno. Todo pasa por algo. Para bien o para mal. Y de todo se aprende y todo te lleva a algún sitio, suma experiencias y te permite evolucionar como individual y dentro de un colectivo (o varios!). No tiene porqué ser tu propio proceso, párate y observa a tu alrededor, verás que todos tenemos vivencias, opiniones, pensamientos, que a ti también te pueden ayudar en tu propio destino.
Eso es así. Igual que lo es que hayas encontrado mi blog. Seguro que lo que tengo que decir es lo que necesitabas. Ya sea para elegir una peli en sábado por la noche, para enterarte de algo que está pasando y sobre lo qué encuentras información así para dummies (que es como yo la entiendo), para darte cuenta de que ciertas cosas no solo te pasan a ti o para aprender de experiencias ajenas. Por lo que sea, aquí estas, has llegado aquí porque todo pasa por algo.
Las casualidades no existen.
Las cositas... 